"La metamorfosis" Héctor Colombo
Una mañana, al despertar de un sueño agitado, Héctor Colombo, se
encontró en su cama convertido en un zorro. Sentía algo detrás de su espalda
molestando, era su cola que estaba posicionada ahí ya que se había acostado
boca arriba la noche de ayer. Su sorpresa fue tan grande que, sacudiendo sus
patas de acá para allá se termino cayendo golpeándose la trompa con la punta de
la mesita de luz.
Estaba asustado, no sabía qué
pasaba. “¿Acaso esto es simplemente un sueño?”-pensó-. Sus dientes se sentían
afilados y parecía que la estructura de su boca había cambiado hasta que se dio
cuenta de que no podía hablar, al tratar de emitir una simple palabra terminaba
aullando y al querer intentarlo aun más se escuchaba el ladrido de un animal.
Estando tirado en el piso de su cuarto intento levantarse sabiendo que
necesitaba de sus cuatro extremidades para pararse o mejor dicho gatear, pero
era claro, el ya no era un ser bípedo, su forma de andar se asemejaba a la de
un perro.
Sorprendido por la situación
decidió andar hasta su sala en donde se encontraba un espejo de cuerpo
completo, aunque para él era de cuatro cuerpos, ya que al verse reflejado se
dio cuenta de que se había convertido en nada más y nada menos que en un zorro
de color rojizo anaranjado, con grandes orejas de puntas negras y una espesa
cola de gran pelaje.
Varias cosas pasaban por su cabeza pero interrumpidas por el
sonido de una puerta abriéndose, desaparecieron, quedando simplemente el deseo
de ocultarse, por lo cual inmediatamente se puso debajo de la mesa. Tanteando
de un lado a otro para saber de dónde vendría algunos de sus familiares y de
quien se trataría, término asustándose sin ningún motivo ya que quien quiera
que fuera simplemente se dirigía al baño.
Pasado todo esto y siendo medianamente consciente de lo que le
pasaba, tomo una rápida decisión, en unas horas su familia se despertaría y prefería
que no lo encontraran en este estado, razón por la cual haciendo fuerza con sus
patas pego un salto hacia la silla y acto seguido a la mesa, fijando su vista
directamente a la ventana que tenía en frente. Definitivamente tenía que salir afuera,
en parte para no ser visto por sus parientes y por otro lado, porque sentía que
algo dentro de él se lo pedía, sentía que debía hacerlo, quería hacerlo.
Salto hacia la ventana y al no tener manos uso su boca, después de
un intento costoso, para abrirla. Se alejo rápidamente, mezclándose con los
rayos anaranjados del amanecer.
Escribís un texto correcto, aunque queda pendiente la elaboración estética del lenguaje. Solo ponés el acento en la anécdota que se quiere contar y perdés de vista el discurso. Rever gerundios, concordancia, tildes. NOTA: 7-
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