Cuento Metamorfosis


-Se me hes imposible tratar de contar esta terrible historia sin inclinarme a la necesidad de contarla con un acento más sombrío que otras. Me encantaría poder no contarles nada y omitir el futuro que a Ignacio se le venía al terminar su mañana después de varios días, meses, y años de un trabajo enfermizo y casi esclavista que tenía gracias a una deuda de sus padres con su jefe. El jefe era un hombre sin escrúpulos y que no le gustaba juntar basura en su casa pero él estaba bastante sucio. Era una porqueria. Una mugre. Una plaga. Claro, desde mi punto de vista. El jefe se consideraba a él mismo como una persona de principios, fiel a lo que siempre quiso: ser rico. Un préstamo que cada vez va subiendo más por falta de pago era algo que le incomodaba a él e Ignacio no era la primera víctima de sus abusos, insoportables trabajos y un abuso verbal muy grande con constantes amenazas. Ignacio, por su parte, era un  pobre angel. era la víctima siempre pero nunca el accionario. en una historia como está es raro que pongamos a un sujeto como el de protagonista, pues debería ser un espectador del teatro más que el actor. Pero eso sería una contradicción. Porque en las obras del teatro las cosas por más ridículas que parezcan terminan saliendo siempre bien, con excepcion de algun que otro muerto en el medio. Y entonces no me estaría contradiciendo tanto porque Ignacio si era una víctima y si iba a terminar muerto, pero de una manera más asquerosa de la que piensa porque a diferencia del teatro, en esta historia no hay actores. Nadie es actor ni de lo que es ni de lo que fue decía Ignacio, cada uno es el protagonista de su propia historia y estoy seguro que si Ignacio hubiese sabido la manera en la que iba a morir me hubiese roto una silla en la cabeza. Quizá dos. La violencia era algo habitual para Ignacio y aunque siempre respondía con violencia verbal, sin necesidad de usar la física, había algunas veces que parecía que carlos atrapaba a sus presas con su constante parloteo depresivo sobre cuán mal iban las cosas para el. Claro que iban mal, pero irían peor. Una mañana al despertar de un sueño agitado Ignacio Arbelaiz iglesia se sentía como en su cama, con una rara sensación de que todo estaba de cabeza. A Ignacio que siempre le gustaba desayunar unos panqueques por la mañana hoy se sentía con ganas de algo mucho más salado, en una mañana en la que el jarabe caliente de los panqueques podría llegar a calentar el frío de su alma. Si, Ignacio se sentía vacío. Necesitaba comer. Sentia que si no comia por lo pronto podría llegar a desnutrirse en los próximos 5 minutos. Viendo la hora se fijó que eran las 5:50, hora en la que normalmente se levantaba para llegar al tren de las 6:40, no es que lo vaya a necesitar tampoco, pues este dia de normal no tenía nada. Necesitaba casi una hora para prepararse aunque el tren le quedase a 2 cuadras. Por mucho tiempo se dijo que es normal y que solía pasar porque le consolaba que las masas hagan lo  mismo que él, pensaba que lo original era un poco arriesgado y carlos dentro de su círculo lo obligaron a ser bastante cuadrado. Como por reflejo natural abrió los ojos y evidentemente vio que todo esta de cabeza - Literalmente. Se despertó en el techo de su habitación y no era por el frío, ni por un susto ni mucho menos un sueño. Recordó que había leído por allí y por aquí que en los sueños estaba comprobado que no se podía leer ni fijarse la hora. Que las agujas del reloj iban para atrás como explicando una paradoja del espacio tiempo creada por su misma cabeza. A Ignacio le gustaba mucho la ciencia y hablaba mucho de ella. Aunque no entendía ni un balbuceo de lo que la comunidad científica soltaba con sus elegantes palabras. Inmediatamente se dijo a el mismo que esto es un error, y no se trata de una paradoja, sino de un error. Lo que no sabía Ignacio es que no se trataba de un error y mucho menos una paradoja, y a medida que la historia avanza, el tampoco lo iba a dejar de creer. Mientras tanto en la otra parte de la casa se podía escuchar a la madre haciendo la comida, a la hermana hablando hasta por las patas y al padre haciendo toda especie de ruidos con el papel de diario porque al parecer se le dificulta el cambiar de página. En otras palabras el constante murmullo o zumbido de parte de la familia era bastante insoportable, mucho más cuando te despiertas en el techo sin saber lo que está pasando. Luego de mirar la hora trato de ver su cama pero al tratar de dirigir la vista hacia allí se encontró con mucha tela de araña, haciendo casi un capullo sobre la cama. Acaso un monstruo se había comido a Ignacio? de pronto empezó a pensar en tercera persona, se sentía más inútil de lo usual. Tal vez Ignacio empezó a actuar a propósito como un inútil para trata de ir mano a mano con la extraña situación que estaba viviendo, sin saber que él era el monstruo. Penso que seria ridiculo que si un monstruo había entrado a la casa nadie se enterase pero que no sería tan raro atraer a estos espíritus pues llegaban con malas energias y eso no era precisamente lo que faltaba en la casa del pobre diablo. Pero a un hombre que le gusta la ciencia no se puede conformar con la idea de que un monstruo vino a comerselo. Porque a él? y en todo caso, si lo hizo… Porque seguía consciente? Debería estar muerto!... y aunque por desgracia para el final de esta historia ya lo estaba, la muerte comenzó a acercarse como un monstruo no para comérselo sino para raptarlo como si de una historia de críos se tratase. De pronto sintió miedo. Creo que esa es la palabra justa. No se me ocurre ningún otro adjetivo para calificar a la idea de querer meterse dentro de capullo por miedo a lo que estaba pasando, y de pronto, ya eran las 6:15. Se le hacía cada vez más tarde, y aunque no estaba dormido como otras mañanas, está tardando mucho más de lo usual,. Para esta hora, a alguien que vive de la rutina, ya tendría que haber desayunado y por lo menos haberse puesto unos pantalones. Así que trato de sentar cabeza, e ir al armario. Se le dificulto moverse, trata de caminar, pero no tenía piernas, sino patas. Sabía bien lo que Él era o en lo que se había convertido. Pero cómo pasar de mover 2 patas, a 8? Era lo que se estaba preguntando. Ahora si que no estaba actuando como un inútil, claramente, era un inútil. De a poco movió una pata y de a poco otra. Pensó que si empezaba a naturalizar la situación, tal vez se le haga más común y podría sacar una especie de mini rutina la cual seguir, porque de nuevo, a Ignacio, las improvisaciones, como esta de la vida de transformarlo en algo que no quería ni creía posible, llevaba a que las cosas les salgan mal. Después de un enorme esfuerzo, llegó al armario. Haciendo el menor ruido posible porque se aterrorizó con su propia imagen y no quería ni pensar lo que podría pasar si la familia encontrase a Ignacio de esta manera. A el siempre le enseñaron que tenía que cuidar su espalda, sin excepciones. Si de una situación podía salir mal, el no debía meterse. Era un lema que los padres seguían hace rato y le parecía en parte un tanto hipócrita de la parte de su familia el no meterse en sus propios asuntos y mandar al hijo a que se encargue de ellos. Últimamente estaba cuestionando varias cosas y más de una vez le dijeron que le estaba pasando, que estaba muy exaltado y que no debía comportarse así, pues no es una imagen favorable que vender al mundo, y mucho menos a su señor jefe. Ya no sabía si estaba loco, porque una cosa es tratar de naturalizar esta metamorfosis. Pero otra es empezar a escuchar la voz de su jefe. Pues sí. El jefe vivía a cuatro cuadras de su casa y a dos de la estación. por lo general, hacia todo lo posible para no encontrarse a su jefe en la estación, pero había algunas veces, en las que el jefe se levantaba de buen humor y por esa mañana, no le hacía cargar su maleta ni su abrigo a Ignacio. Muchas veces se sentía como un perchero. Un objeto de madera inmóvil en el que las personas simplemente, dejan sus sombreros y abrigos. Fue en ese hermoso dia fresco y en el que todavía no estaba saliendo el sol, en el que el jefe decidió ir a pasar a buscar a Ignacio. Este inmediatamente pensó en la mala suerte que tenía, pero un hombre de ciencia no se conforma con algo tan disparatadamente impreciso como la suerte. La transformación. los zumbidos, el capullo, su inutilidad y el jefe entrando por la puerta principal indican que un mal dia, siempre va a ser un mal dia. que todo estaba previsto. Alguien le había jugado una jugarreta y de alguna forma o con alguna sustancia que él desconocía, lo habían hecho creer que él era una especie de monstruo. Por las cosas que hacia, las que pensaba, como se estaba saliendo de su capullo y ahora, aunque demasiado tarde, quería volver adentro. Pero si todo es mentira, significa que el no es un monstruo y que en realidad su cama es su cama y no es ningun capullo. Así que se acercó a ella. Lo que no sabía Ignacio es que no existe una sustancia que te haga ver como un ,monstruo deforme, que ponga a tu cama como un capullo enorme de telaraña, y que bajo ninguna circunstancia, no te podes despertar al día siguiente, colgado del techo. Pero el intento igual. Era muy persistente Ignacio, además de cabeza hueca, y quizá como antes, trataba de hacer acciones parecidas a la incomprensibilidad del asunto, para mentirse a él mismo, y creer que dentro de lo poco comprensible que es esta situación, con una hipótesis sobre una sustancia inexistente, el tratar de romper un capullo que ahora creía mentira, era lo más acercado, a un resultado coherente, en el que nada había pasado, y el seguía metido en su cama. Y es una lastima que yo no haya estado allí para contárselo. Para decirle que no existe tal sustancia. Que esa hipótesis es falsa. Que si la familia hubiese retenido un poco más al jefe, él no hubiese entrado, que el tratar de romper ese capullo, para tratar de desesperadamente entrar en el, convertido en un monstruo, no quedaba mejor, sino que sólo alimentaba la especulación de gente nacida en otra época, criada con diferentes valores, y viendo que REALMENTE, un monstruo, estaba por comerse a Ignacio. Que si lo hubiese encontrado en el techo, mirando a la puerta y no de espaldas, quizá se hubieran espantado inmediatamente, y hubiesen echado a correr, antes que agarrar desesperadamente una escopeta, en un acto de heroísmo para salvar a Ignacio, cuando desafortunadamente, lo estaban matando. Si el hubiese sabido que no iba a morir satisfecho de haber cumplido la sentencia de sus padres y que, en cambio, iba a morir, tiñendo el capullo de un HORRIBLE color verde y rojo, quizá se hubiese preocupado de por lo menos haber dado resistencia o tratar de hablar con su familia para que no le matasen. Pero de nuevo, son puras especulaciones. Yo no soy un dios y no relato diferentes finales de una misma historia. Simplemente, dejo los objetos, para la construcción de esos caminos, aunque lamentablemente sin trabajadores, (y sin poder volver el tiempo atrás), el techo, va a seguir con esas marcas, los pantalones, van a seguir en armario. la cama va a seguir envuelta en el capullo, el capullo va a seguir teñido de un HORRIBLE color verde y rojo y este expediente, que explica como una araña se atrapó en su propia red, va a seguir cerrado, clasificado, y oculto, para todo el mundo.

Comentarios

  1. La idea es muy buena, así que merece ser reescrita para que el relato resulte excelente:rever uso de tiempos verbales, construcción de oraciones, párrafos, puntuación.
    El comienzo dado por la consigna pretendía el uso de un narrador equisciente y no la primera persona; aunque, hacés un uso ingenioso de la primera. Creo que este cuento ganaría si lo hicieras más corto: hay en la extensión una pérdida de la tensión narrativa.
    Cuando corregí esta tarea, evidentemente, pasé por alto tu relato.
    NOTA: 7+

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