"Ser como todos" - Bruno Zárate

SER COMO TODOS


Ella iba caminando por la calle. Era una tarde particular, no por la tarde en sí, sino por los pensamientos que llevaba ella en su mente. Esos pensamientos que uno deja fluir como si fuera un río que corre como si no fuera a parar nunca y del cual uno no puede interferir de ninguna forma en su corriente; si no se puede nadar contra la corriente mucho menos se podrá manejarla. Tenía ese tipo de pensamientos. Caminaba de una forma automática, pues ya sabía por dónde andaba y hacia donde se dirigía. Estaba volviendo del colegio. Tenía que llegar y hacer lo de siempre, recostarse un rato para descansar mientras miraba la tele, usar las redes sociales y hacer la tarea, y demás cosas, que, al fin y al cabo, no serian relevantes en su vida. Ya nada le era relevante. Todos los días eran lo mismo: se dormía a la misma hora, se despertaba con la alarma del celular que nunca cambiaba su canción, en el colegio se sentaba al lado de la misma persona y siempre hablaba con el mismo grupo. Su vida era como un círculo, el cual ella iba recorriendo incansablemente, de forma automática. Por más que en algún momento lo monótono que estaba siempre presente en el día a día parecía estar oculta o distante, volvía a aparecer. Sin embargo, ella era inteligente. Se daba cuenta de todo esto, de hecho, estaba reflexionando acerca de eso. Ya perdió la cuenta de cuantas paradas hizo el colectivo. Ella no se sentía ahí. No se sentía en ningún lugar ya, era ajena a este mundo. Su energía estaba en otro lugar, ella no sabía precisamente donde estaba, pero en el fondo sabía que estaba.
No era feliz, para nada. Lo que a veces parecía sentir como felicidad era solo una ilusión que se daba por la despreocupación ocasional que a veces se da en ciertos momentos cuando uno deja de fijarse en todas esas cosas que son feas, feas pero reales, y tan solo se deja llevar, sin pensar en el cómo ni en el por qué de las cosas, tan solo se deja llevar.

Bajo del colectivo, que por suerte la dejaba a una cuadra de su casa. Una cuadra nomas, mas cómodo imposible, ¿No? O bueno, en realidad sería mejor si directamente la dejaría en la puerta de su casa. ¿Pero que relevancia tenían estas cosas? ¿A que le iba a importar ella si la vecina del departamento de al lado se moría? ¿O si la tercera guerra mundial iba a estallar? O incluso, ¿Qué carajo le iba a importar si pisaba en una baldosa floja y se mojaba toda la media? Ya nada le importaba. Ella no era feliz. Ni siquiera sabía si en algún momento iba a encontrar la felicidad, pero de algo estaba ella segura, no quería ser feliz como todos. No quería poseer una felicidad falsa. No quería dar sonrisas actuadas, ni mucho menos quería alegrarse por banalidades. Se tiró en su cama (no prendió la televisión) a pensar que si alguna vez la encontraba, tenía que ser verdadera. Como el amor, si lo encontraba, tenía que ser verdadero.  Y aun así, aunque no quería poseer esa felicidad de mentira, ella se preguntaba cómo se sentiría si la llegara a tener. Tan solo desactivar el cerebro por un rato, y hacer lo que toda la gente hace para ser “feliz” si es que se puede usar ese término. Ser como todos. Ella era única, pero a veces se preguntaba cómo sería ser como todos. En ese momento se acordó de una pintura que vio en internet el otro día. Era una mujer sacándose la cabeza, pero no en un acto de suicidio, sino que parecía que se la sacaba de una forma tan fácil como si fuera el acto de sacarse una media o un guante. Ella razonó que si algún día quería ser como todos, primero y antes que nada, tendría que sacarse la cabeza.


Comentarios

  1. Bruno: la idea es interesante y atrae, aunque no elaborás más que las reflexiones de la protagonista sin encontrar una vuelta de tuerca para llevarla a actuar. Me gustó mucho que no cayeras en la resolución fácil del suicidio como salida, aunque la resignación se le parece. Como dice el narrador, ella es inteligente; ahora le falta ser creativa y animarse a ser feliz sin compararse con los demás. Ojalá tengas ganas de escribir una versión de este cuento.
    Molesta que, después de insistir en que camina, baje del colectivo; salto incoherente en la acción.
    Rever uso de puntuación y conectores, construcción de párrafos, algún error de concordancia, tildes.
    Al editar, los párrafos deben alinearse con la herramienta "justificar".

    NOTA: 7

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