Vistas utópicas - Jesica Yarati
Vistas utópicas
Las horas parecían segundos y derrepente se encontraba cenando en la mesa junto a quienes llamaba "la autoridad". Sonrió, todo parecía estar bien de nuevo, sin decir una palabra se levantó de la mesa, al enterrar un paso en su territorio oyó los sollozos de su madre ¿porqué no podían ser una familia feliz? se preguntó.
Los días pasaron y su ojo izquierdo parecía encajar perfecto en aquella cerradura, desde allí ella podía ver como la tristeza y desesperación brotaban como flores en primavera del rostro de su madre. Cerró los párpados durante cinco segundos, tan pero tan fuerte que al abrirlos a su vista le costó trabajo enfocar con normalidad, tomó una bocanada de aire antes de apoyar su mirada en la abertura. Su padre bailaba junto a su madre, lucían tan enamorados, ella suspiro como nunca lo había hecho antes. Al día siguiente volvió a espiar, su padre besaba a su madre y al siguiente su madre acomodaba la corbata de su padre.
Sintió vehemencia al descubrir que su cerradura era mágica.
Al tercer día decidió salir de su habitación, las cosas por fin marchaban como pretendía. Se sentó junto a su padre en la mesa, su madre se sentó después, ella les sonrió. Su padre se acerco a su madre y acarició su mejilla.
Un oído sordo rugió en el entorno. Otra caricia, y otra. ¿no se cansaba su madre de recibir tanto cariño? Fue entonces cuando la verdad cayó ante sus pies.
Temiendo por su felicidad, Lucía se escondió en su acogedora habitación. Los meses pasaron, no había comida ni agua en su interior. Pero aún así a su cuerpo no pareció importarle, se sentía mas eufórica que nunca.
De un momento a otro se sintió empachada de valor, el temor se había ido junto con la brisa, con manos temblorosas giró el pomo de su puerta y se adentró a la cocina. Su madre lucía mas bella que nunca, ese maquillaje multicolor le hacía resaltar demasiado. Sintió la necesidad de decirlo.
La mujer le dedicó una mirada amorosa.
Lucía se dirigió nuevamente a su cuarto y su madre rompió en lagrimas, se acercó a un espejo y observó su reflejo, el morado de sus párpados, el rojo de sus ojos y el verde de sus brazos lucían como el mejor maquillaje del universo ante los ojos de su niña y eso hizo que algo dentro de ella se rompiera.
Con cautela observó hacia el cuarto de la pequeña Luci, ojos de ensueño se veían a través de la gastada cerradura.

Jesica: terminé de leer tu cuento muy desconcertada y confundida porque no comprendo si te propusiste romper la lógica de lo real o los hechos son transformados por la fantasía de la protagonista. Esta última idea guió mi lectura, que se desbarata al llegar a esta oración: "Sintió vehemencia al descubrir que su cerradura era mágica." Esta línea argumental no resulta creíble porque no hay una lógica interna que la sostenga.
ResponderEliminarPor momentos, lo dicho es incomprensible: "Un oído sordo rugió en el entorno" o incoherente: "Los meses pasaron, no había comida ni agua en su interior. Pero aún así a su cuerpo no pareció importarle, se sentía mas eufórica que nunca."
Repensar en qué consiste el uso particular del lenguaje y la intencionalidad estética, ya que no se trata de emplear un vocabulario difícil o armar frases complicadas. Muchos términos están usados con un significado que no tienen o son inadecuados a este contexto. Así, el relato no conmueve como podría.
Rever construcción de oraciones, párrafos, vocabulario, tildes.
NOTA: 4,50