"Caída silenciosa" Héctor Colombo
Caída silenciosa
En un día
muy ajetreado y lleno de complicaciones, seguido de un mal clima debido a
fuertes tempestades, Patrick Rommel se dirige a su casa con un estruendoso
dolor de cabeza, esquivando la caída de la lluvia ocultándose debajo de los techos
impermeables de locales cercanos, y de los balcones de los edificios, como
siempre lo hizo. Al momento de llegar a su humilde morada, saluda al portero
con una sonrisa planeada desde hace 2 cuadras. Este le responde de igual manera
pero a diferencia, con una autentica. Subiendo las escaleras lentamente y con
mucho cuidado logra encontrarse con la puerta de su departamento, listo para
meter la llave y dar lugar a un largo descanso con el que piensa curar su
dolor. Encaja la llave dentro de la cerradura, pero para su sorpresa y su
lamentable suerte, aparece su vecino Henry con paraguas en mano.
Patrick logra
hacer un medio giro rápido con la llave pero es tarde, Henry ya a comenzado la
charla y ha entablado contacto visual con él. “¿Hace un mal día no?-Pregunta su
vecino, fijándose en su ropa mojada-. “Si, cada vez más loco este clima, pero
esta perfecto para pasarlo dentro de casa”- El solo hecho de que ese hombre le
hablara lo ponía nervioso, sentía carga por carga cayendo sobre su espalda,
agravando gradualmente el dolor de cabeza-“A mal tiempo buena cara”-Dice con
una ligera sonrisa en su rostro-. “Toda la razón”-Contesto Patrick rápidamente metiéndole
otro medio giro a la llave-. “En ese tiempo podrías hacer el trabajito que te encomendé,
pero no hay apuro”-Decía Henry mientras se reía manteniendo la vista en su ropa-.”Tranquilo
que lo haré” -Salto Patrick dando la respuesta más rápida de su vida-. “Dale,
recordá que el día solo tiene 24 horas, cuídate” -Dijo Henry volviendo a reírse
y yendo por las escaleras-. Saludándolo y mirándolo bajar por las escaleras
hizo el último impulso con la llave para abrir la puerta y entrar a su hogar.
Ya
adentro, Patrick sentía un cumulo de sensaciones subiendo por todo su cuerpo
hasta su cabeza, tenía muchas obligaciones en el día y no creía lograr hacerlas
todas, además de que ya eran las 8 de la tarde, el tiempo en verdad que no
ayudaba mucho. Pero el dolor no paraba, había empeorado.
Se saca sus prendas empapadas y pasa por la sala fijándose de costado en las fotos familiares que hay. Recorre el pasillo que da a las habitaciones de su domicilio, dos se encuentran cerradas. Entra a la suya y prende la luz, una luz verdaderamente débil.
Se saca sus prendas empapadas y pasa por la sala fijándose de costado en las fotos familiares que hay. Recorre el pasillo que da a las habitaciones de su domicilio, dos se encuentran cerradas. Entra a la suya y prende la luz, una luz verdaderamente débil.
Poniéndose
automáticamente a hacer el informe del que dependería su puesto como oficinista,
empieza a enojarse pensando en las horas que le sobrarían si pudiera hacer
todas las cosas rápidamente, sin tener que rebuscarlas tanto. Viendo a cada momento desde su ventana la estrepitosa tormenta que ahogaba todo el cielo celeste que
alguna vez hubo, se le viene a la mente el profundo dolor que le aquejaba. Comienza
a pensar en la pastilla que debería estar tomando en este momento, pero decide
terminar una parte de su trabajo antes, ya que le queda poco.
Héctor: la idea, el clima y el protagonista están muy bien construidos, con pasajes claros y bien escritos, que contrastan con otros en que la expresión se traba y obliga a releerlos.
ResponderEliminarCreo que el relato ganaría en intensidad si omitieras detalles e información innecesaria y reelaboraras el final: el dolor de cabeza debe permanecer como hilo conductor de todo el relato, estar presente siempre y no en segundo plano, para que el desenlace resulte más creíble y el cuento podría ser excelente.
Rever uso de puntuación, párrafos, tiempos verbales y ortografía.
Al editar, los párrafos deben alinearse con la herramienta "justificar".
NOTA: 7