"El camino del monstruo" Ulises Fabani
El camino del monstruo
Ulises Fabani
Érase una vez, en un país
muy muy lejano, un monstruo sin nombre. El monstruo deseaba un nombre con todas
sus fuerzas, así que el monstruo decidió salir de viaje en busca de un nombre.
Pero el mundo es grande, así que se dividió en dos para continuar el camino.
Uno de ellos fue al Este y el otro al Oeste.
El monstruo que fue al Este encontró un reino, allí encontró un herrero a la entrada.
“Oh, señor herrero, por favor deme su nombre” le suplicaba el monstruo.
“No pienso darte mi nombre” protestaba el herrero.
“Si me das tu nombre, a cambio, me introduciré en ti y te haré mas fuerte”.
“¿En serio?” dijo incrédulo “Si me vas a volver mas fuerte, te daré mi nombre”.
El monstruo entró en el herrero, y así el monstruo se convirtió en el herrero, Thomas. Thomas era el hombre más fuerte de la aldea. Sin embargo un día…
“¡Mírenme! ¡mírenme!” gritaba Thomas. “¡Miren que grande se ha hecho el monstruo en mi interior!”.
“Grush Grush, Ñam Ñam, Grumpf Grumpf, Glup”. El monstruo, que tenía mucha hambre, se comió a Thomas desde dentro, y volvió a ser un monstruo sin nombre.
Aunque también se introdujo en el zapatero Lucian… “Grush Grush, Ñam Ñam, Grumpf Grumpf, Glup”. Volvió a ser un monstruo sin nombre.
más tarde convenció al cazador mark … “Grush Grush, Ñam Ñam, Grumpf Grumpf, Glup”. Una vez mas volvió a ser un monstruo sin nombre.
El monstruo entro en el castillo para buscar un buen nombre. En el castillo había un niño enfermo.
“Si me das tu nombre, te puedo volver más fuerte” tentaba el monstruo al niño.
“Si logras que me recupere y me haces más fuerte, te daré mi nombre” pidió el jovencito.
El monstruo se introdujo en el niño. El niño se recuperó totalmente. El Rey estaba muy contento.
“¡El Príncipe se ha curado! ¡el Príncipe se ha curado!” gritaba alegre el Rey.
Al monstruo le gustó el nombre del niño y también la vida en el castillo. Por lo tanto, aunque se moría de hambre, se contenía. Aunque cada vez tenía mas hambre, se contenía. Pero llego a tener tanta hambre…
“¡Mírenme! ¡Mírenme! ¡Miren que grande se ha hecho el monstruo en mi interior!”. El niño se comió a sus sirvientes y a su padre, a todos. “Grush Grush, Ñam Ñam, Grumpf Grumpf, Glup”.
Ya que no quedaba nadie en el reino, decidió partir. Caminó y caminó durante varios días.
Un día, el niño se encontró con su otra parte que había ido al Oeste.
“Yo tengo nombre, es un nombre muy bonito”.
El monstruo que fue al Oeste dijo “No necesitas un nombre, puedes ser feliz sin uno. Somos monstruos sin nombre, al fin y al cabo, es nuestra naturaleza”.
El niño se comió a su mitad que había ido al Oeste tentado por el hambre de días sin comer. Aunque por fin había conseguido un nombre, no quedaba nadie que lo pudiera llamar por el, aun siendo …. un nombre tan bonito.
El monstruo que fue al Este encontró un reino, allí encontró un herrero a la entrada.
“Oh, señor herrero, por favor deme su nombre” le suplicaba el monstruo.
“No pienso darte mi nombre” protestaba el herrero.
“Si me das tu nombre, a cambio, me introduciré en ti y te haré mas fuerte”.
“¿En serio?” dijo incrédulo “Si me vas a volver mas fuerte, te daré mi nombre”.
El monstruo entró en el herrero, y así el monstruo se convirtió en el herrero, Thomas. Thomas era el hombre más fuerte de la aldea. Sin embargo un día…
“¡Mírenme! ¡mírenme!” gritaba Thomas. “¡Miren que grande se ha hecho el monstruo en mi interior!”.
“Grush Grush, Ñam Ñam, Grumpf Grumpf, Glup”. El monstruo, que tenía mucha hambre, se comió a Thomas desde dentro, y volvió a ser un monstruo sin nombre.
Aunque también se introdujo en el zapatero Lucian… “Grush Grush, Ñam Ñam, Grumpf Grumpf, Glup”. Volvió a ser un monstruo sin nombre.
más tarde convenció al cazador mark … “Grush Grush, Ñam Ñam, Grumpf Grumpf, Glup”. Una vez mas volvió a ser un monstruo sin nombre.
El monstruo entro en el castillo para buscar un buen nombre. En el castillo había un niño enfermo.
“Si me das tu nombre, te puedo volver más fuerte” tentaba el monstruo al niño.
“Si logras que me recupere y me haces más fuerte, te daré mi nombre” pidió el jovencito.
El monstruo se introdujo en el niño. El niño se recuperó totalmente. El Rey estaba muy contento.
“¡El Príncipe se ha curado! ¡el Príncipe se ha curado!” gritaba alegre el Rey.
Al monstruo le gustó el nombre del niño y también la vida en el castillo. Por lo tanto, aunque se moría de hambre, se contenía. Aunque cada vez tenía mas hambre, se contenía. Pero llego a tener tanta hambre…
“¡Mírenme! ¡Mírenme! ¡Miren que grande se ha hecho el monstruo en mi interior!”. El niño se comió a sus sirvientes y a su padre, a todos. “Grush Grush, Ñam Ñam, Grumpf Grumpf, Glup”.
Ya que no quedaba nadie en el reino, decidió partir. Caminó y caminó durante varios días.
Un día, el niño se encontró con su otra parte que había ido al Oeste.
“Yo tengo nombre, es un nombre muy bonito”.
El monstruo que fue al Oeste dijo “No necesitas un nombre, puedes ser feliz sin uno. Somos monstruos sin nombre, al fin y al cabo, es nuestra naturaleza”.
El niño se comió a su mitad que había ido al Oeste tentado por el hambre de días sin comer. Aunque por fin había conseguido un nombre, no quedaba nadie que lo pudiera llamar por el, aun siendo …. un nombre tan bonito.
Ulises: qué decepción que me subestimaras tanto como para hacer plagio y pensar que me pasaría desapercibido. Cada uno tiene una voz y un estilo y aquí, la tuya brilla por su ausecia.
ResponderEliminarFuente del relato: http://axiomaticsynapses.blogspot.com.ar/2009/10/el-monstruo-sin-nombre.html
NOTA: 1