"Corre, girasol" Florencia Masciotra Brea
Corre, girasol
En un campo de
girasoles, había uno de ellos que era una soñador aventurero. Cansado de su
rutinario hábito de siempre mirar al sol, empieza a observar su alrededor.
Descubriendo la infinidad de diferentes vidas que existían a su lado.
Contemplando a las hormigas como en fila iban a buscar su comida, a las
lombrices asomándose desde la tierra, a las mariposas volando pacíficamente de
un lado a otro, al caracol en su lento andar pero tan particular, a los pájaros
levantando vuelo al ras del cielo, se preguntó: -“¿porqué no yo?“
Un día de primavera,
después de una fuerte lluvia, sintió como sus raíces se desprendían de la
tierra blanda. Era el momento indicado para irse de su lugar de siempre y salir
a recorrer el mundo, conocer nuevos lugares y vivir una nueva vida, ese era su
gran sueño, lo que siempre había querido.
Sus primeros pasos
no fueron fáciles pero después de varios intentos sus raíces parecían pies. Sin
poder todavía creer lo que había logrado, se mantiene inmóvil fuera de la
tierra unos cuantos segundos mirando hacia el sol, hasta que escucha como una
hormiga desde abajo le grita:- “y?, que esperas? corre girasol!”. Corre, corre,
corre... en nada pensó. Sin mirar atrás, solo avanzó, alejándose cada vez más.
En el transcurso de
su travesía se da cuenta que el mundo era inmenso, su superficie empezó a
cambiar, había piedras que se interponían en su camino y ya que el asfalto de
las rutas lastimaba sus raíces, prefería andar por la tierra. Recorrió
montañas, lagunas y ríos pero ante nada se detenía solo le interesaba su andar.
Aprendiendo a utilizar el viento cada vez corrió con mayor velocidad.
Se detuvo al llegar
a las calles de la ciudad, donde se encontró con un paisaje muy diferente hasta
lo que hasta ahora había visto, casas, trenes, autos, edificios y... humanos.
Estos no lo recibieron bien, ya que debido a su curiosidad y su interés en él,
comenzaron a perseguirlo, todos querían tenerlo como si fuera un trofeo.
Algunos soñaban con tener a la “la increíble planta que corre” ; otros pensaban
en llevarlo a espectáculos como un fenómeno extraordinario. Pero él siguió, no
pudieron atraparlo, porque la planta era muy rápida, algunas veces con la
fuertes ráfagas parecía tomar vuelo.
Llegando el otoño se
le empezaron a caer sus hojas y comenzó a debilitarse. Avergonzado por su total
desnudo y agotado no solo por su dolor físico, sino que también sentimental la
planta paró, paró con su carrera contra el mundo y encontró otro campo de
girasoles donde se plantó, allí descansó y decidió pasar el invierno, así
juntar fuerzas para una nueva recorrida. Les contó a todos sobre su gran
aventura con la esperanza de que alguno de ellos lo acompañara en su partida en
la primavera próxima,... pero nadie le creyó. Faltaba tiempo aún, él como
soñador y perseverante en sus sueños no se desalentó, sabiendo que solo
intentando lo imposible es como se realiza lo posible.
Victoria Florencia
Masciotra Brea
Florencia: sorprende que elijas una imagen que no forma parte del tablero; la selección que les di no era arbitraria sino intencional. Lamento que no encontraras entre tantas una que motivara tu imaginación y te moviera a escribir.
ResponderEliminarPlanteás una idea sencilla y clara, pero en la que los hechos resultan muy previsibles y se resuelven con una facilidad en la que se disuelven las posibilidades de la ficción. Así, tu texto se ocupa por dejar un mensaje y pierde intencionalidad estética.
Rever vocabulario (escaso y repetitivo), puntuación.
Al editar, los párrafos deben alinearse con la herramienta "justificar".
NOTA: 7