Misterio Huarpe - Guido Costa
Ewan despertó alrededor de las 7 de la mañana,era martes. con los ojos aún cerrados estiró el brazo y recogió el frasco transparente que contenía en su interior un fuerte analgésico, trago 4 de esas pastillas (el cuádruple de lo recetado por el médico) como si fueran caramelos de miel y suspiró profundamente mientras frotaba la herida de bala en la parte exterior de su rodilla, que había contraído cuando aún se encontraba sirviendo como detective en la policía de Chicago, Illinois.
Cuando el dolor cedió finalmente, salió de su espacioso cuarto y se acercó al gran ventanal que se encontraba en una esquina de la sala de estar, a través del cual contempló los extensos viñedos y las altas montañas de la cordillera de Los Andes.
Hacía 7 años ya que había cambiado los exuberantes rascacielos de Chicago por la tranquilidad y las bodegas del norte de la provincia de Mendoza, pero aún lo seguía sorprendiendo su majestuoso paisaje.
Estaba viviendo en una antigua casa que pertenecía a su familia hacía casi un siglo, y que había usado para vacacionar cuando aún estaba casado, antes del accidente, cuando aún se esforzaba por mantener relaciones humanas.
Desayuno un café negro tibio y luego salió a chequear su buzón, que era la única forma de contactarlo, ya que allí recibía las cartas que le informaban su siguiente caso.
Su trabajo como detective era lo único que lo apasionaba, lo único que lo alimentaba, lo único que lo mantenía vivo además de su soberbia.
Al llegar a la Argentina, se le ofreció un trabajo en la policía federal como detective principal, debido a sus acreditaciones obtenidas en Norteamérica y su extensa preparación en las mejores academias. Ewan aceptó pero con la condición de que le permitan trabajar a distancia y desde su residencia, viajando cada vez que fuera necesario a la escena del crimen.
En lo que llevaba viviendo en la nación sudamericana, ewan no había tenido la menor dificultad en resolver los casos presentados. Pero cuando abrió el sobre que se encontraba dentro del buzón, aquella mañana ventosa de martes, leyó algo que le generó una sensación de temor y desconcierto.
En la carta mencionaba que se habían producido una serie de homicidios en un pueblo minero cercano a Mendoza capital, en los que las víctimas habían sido encontradas con el tórax abierto y vacío. Les habían quitado los órganos vitales.
El sagaz detective ya había escuchado un modus operandis similar hace 3 o 4 años en el noroeste.
Ewan no pudo sacarse de la cabeza el caso que debería resolver. Debido a esto y a pesar de que su avión no despegaba hasta la tarde del día siguiente,
Pasado el mediodía, partió en su motocicleta kawasaki con destino a una gran aventura.
Llegó a la ciudad de Mendoza alrededor de las 6 de la tarde. Realizó rápidamente el check in en el hotel y pasó a su habitación para dejar las maletas.
Ceno en un restaurante llamado “Pipos” un pollo relleno con puré de papas, lo cual era la especialidad de la casa, y regresó al hotel para acostarse temprano.
A la mañana siguiente había llegado la hora de revisar la escena del crimen.
El pueblo minero en el que habían sucedido los homicidios le resultó a ewan bastante desagradable. La mayoría de las casas tenían una forma redonda, como si fueran un iglú, para que la nieve resbale en invierno.
El pueblo se encontraba en luto por la muerte de 3 niños indígenas huarpes en una mina de litio
Durante el resto del día, ewan se encargó de recorrer las 7 casas en las que aún yacían muertas las víctimas(pedido explícito suyo), y encontró una serie de irregularidades que lo mortificaron aún más que ver todos aquellos cuerpos abiertos y vacíos:
En todos los casos no se encontró ningún tipo de huellas o de rastro con lo que le sea posible identificar a alguien. Casi parecía como si el atacante hubiera cruzado la habitación levitando.
En todos los casos el atacante había dejado un cuadro pequeño de una virgen hecho con arena.
Y lo que, definitivamente, más le impresionaba: en ninguno de los casos se había forzado la puerta ni las ventanas, Los únicos puntos de accesos a estas extrañas casas, además de la chimenea, cuyo grosor no era suficiente para ser traspasado por un ser humano.
Luego de esto, Ewan llevó el cuadro de vuelta a su hotel para examinarlo. finalmente, luego de largas horas de investigación y de entrevistas a gente del pueblo, encontró la pista que tanto estaba buscando: el retrato pertenecía a la comunidad indígena huarpe, la cual había habitado la zona antes de la colonización. Y la virgen que estaba representada era una especie de ángel de la guarda para los niños de la comunidad
El motivado detective subió a su motocicleta y se dirigió, lo más rápido posible, al lugar en el que, con un poco de suerte, se encontraría la solución a esta tenebrosa encrucijada. Llegó al cabo de no más de 2 horas y media..
Golpeó suavemente la puerta de la casa en la que vivía una de las mujeres más ancianas de la comunidad, conocida también como la curandera del pueblo, sin embargo nadie atendió. Al cabo de un tiempo volvió a llamar a la puerta más fuerte pero aún nada. Luego de 20 minutos, se desesperó y comenzó a gritar, pero nadie contestó. En ese momento comenzó a sentir un terrible olor putrefacto y al no recibir signos de vida del otro lado de la puerta decidió atravesarla utilizando la fuerza. Luego de 4 fuertes embestidas, ewan la derribó y pudo visualizar, a pesar de que el cuarto se encontraba a oscuras, los órganos que habían sido removidos del cuerpo de las víctimas que se encontraban sobre lo que claramente eran santuarios.
Rápidamente, desenvainó su arma y siguió su marcha con extrema cautela por el pasillo angosto, sin pensar en la espantosa escena que acababa de presenciar.
Cuando llegó al final del pasadizo se encontró con lo que parecía ser el cuerpo de la dueña de la casa, que yacía sentada en una especie de rama que salía de la pared, con un tajo en la garganta del que aún se escapaban unas pocas gotas de sangre y tallada en la pared con una extraña escritura una leyenda que pronunciaba:
“Estas almas sin descanso son una humilde ofrenda al dios huasiuhl en venganza de la matanza y discriminación a inocentes niños huarpes”.
Ewan estaba tratando de incorporar esta brutalidad cuando vio acercarse una nube de cuervos enfurecidos. Intentó correr hacia la ventana más cercana pero eran muchas aves y los picotazos eran sorprendentemente fuertes. no resistió más que unos pocos minutos.
Finalmente, su trabajo le quitó lo que le quedaba de vida.
Guido: elaborás un texto claro en el planteo, en el que la historia se desarrolla con simplicidad; sin embargo, no lográs dar con el discurso adecuado a la elaboración de un relato policial. Predomina el decir sobre el narrar, no hay suspenso ni tensión y las acciones se tornan previsibles y no logran sorprender. Repensar los rasgos que identifican al género policial.
ResponderEliminarSi han pasado siete años desde que Ewan dejó Chicago, el dolor lo causa una cicatriz y no una herida. El término mal usado confunde y obliga a releer. También desconcierta: "Ewan no pudo sacarse de la cabeza el caso que debería resolver. Debido a esto y a pesar de que su avión no despegaba hasta la tarde del día siguiente,
Pasado el mediodía, partió en su motocicleta kawasaki con destino a una gran aventura.
Llegó a la ciudad de Mendoza alrededor de las 6 de la tarde." ¿Va en avión o en moto?
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NOTA: 6
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