"Pescándome"- Santiago Paduano.


                                                             
     En una larga noche de invierno, posiblemente la mas larga de mi vida, me encontraba sin poder dormir. Esos pensamientos malditos que taladraban mi cabeza haciéndome repetir una y otra vez "¿Quién soy?, ¿Para que estoy en este mundo?", corrompían mi sueño. Agobiado y cansado de no poder encontrar las respuestas, decidí salir a buscarlas.
     La ciudad lúgubre en la que vivo estaba teñida de un azul muy oscuro cortado por unos pequeños destellos amarillos provenientes de la poca iluminación que había en las calles a esas horas de la madrugada. Me encontraba sin rumbo alguno, pero en busca de mi destino. Sentía que estaba en un mundo paralelo el cual se encontraba muy lejos de la realidad en la que vivían otras personas, no tenía motivo alguno para existir. Con las piernas temblorosas por el frío invernal, emprendí mi camino hacia lo que en un futuro próximo sería mi salvación.
     Durante mi caminata, no dejaban de surgir preguntas en mi cabeza que sinceramente me volvían loco, era encontrar las respuestas ese día o nunca, no se que habría sido de mi si no lo hubiera logrado...
     Luego de un par de horas caminando llegué a un sitio escondido en las penumbras de la madrugada, este era un pequeño muelle de madera oscura al cual venía con mi padre a pescar cuando era un niño. Lo admito, me había olvidado completamente de la existencia de ese lugar, lo que provocó un fuerte nudo en mi garganta cuando lo vi a primera vista. Tomé una profunda bocanada de aire y me quedé admirando el lugar durante aproximadamente una hora, era maravilloso, el simple hecho de ver el mar alumbrado por la intensa luz proveniente de la luna llena, acompañado del pacífico silencio de la madrugada el cual resaltaba el ruido de las olas pegando contra las rocas, me hizo sentir un confort desconocido por mi hasta ese momento. Unos minutos antes de irme miré nuevamente al mar y en él me vi a mi y a mi padre pescando hace años, parecía como si estuviera viendo una película de mis recuerdos olvidados.
     A partir de ese día todo cambió, lo que había pensado que estaba perdido evidentemente no lo estaba, empecé a recordarlo todo, desde que era un niño hasta la actualidad, dándome cuenta de que estaba perdiendo mi vida intentando encontrar respuestas acorde a los estándares impuestos por la sociedad, cuando la respuesta siempre la tuve, soy David Griffin y soy yo mismo.
     Hoy en día luego de casi tres años de este suceso, sigo yendo al muelle cada 4 o 5 días con mi caña de pescar (la cual es la misma que tenía cuando era un niño, estaba guardada y la encontré), en ese lugar siento una paz indescriptible, es como ir a un encuentro conmigo mismo y pescar ahí me hace recordar lo valiosa que es mi vida, siento como si estuviera pescándome sin dejarme caer en las profundidades, sin duda ese muelle es mi lugar en el mundo.



Comentarios

  1. Santiago: la idea es interesante e ingeniosa la lectura que hacés de la imagen, para un cuento que es bueno pero podría ser excelente porque el resultado al que llegás es un producto desparejo en el tono y el ritmo. Con partes mejor logradas, predomina el decir sobre el narrar. El cambio del personaje sucede con brusquedad, pues su desesperación inicial amerita más elaboración de ese pasaje que lo lleva a encontrarse y desear la vida.
    Rever puntuación, conectores, tiempos verbales, repeticiones innecesarias.
    Al editar, los párrafos deben alinearse con la herramienta "justificar".

    NOTA: 6,50

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