"Éxito" Carolina Lynn

ÉXITO
Ricardo era un hombre introvertido. Vivía de ir y venir de su trabajo, extrañamente nunca compartía momento con sus compañeros, no iba a ninguna fiesta ni celebración de la empresa. Él no tenía amigos, solo colegas de trabajo.
Benjamín sintió curiosidad de qué Ricardo tuviera ese comportamiento, si bien Benjamín lo observaba, él no era un tipo raro, se veía en él un hombre inteligente, emprendedor, una chispa que se encendía al llegar al trabajo pero se apagaba al terminar.
Eran las cinco de la tarde del viernes; terminó la jornada laboral. Los trabajadores de la empresa se juntaban y charlaban sobre donde sería la reunión nocturna, otros, contaban que tenían planificado un fin de semana con la familia y que solo podrían juntarse un rato, todos menos Ricardo, el solo ordenaba su oficina, levantaba la mano en forma de despedida y se iba.  – Qué raro -pensó-
Benjamín comenzó a pensar  la llegada a la empresa de Ricardo pero se dio cuenta que no lo recordaba. Les pregunto a sus demás compañeros, pero ellos tampoco lo recordaron. Tanta era su curiosidad que en el bar donde se reunió con sus compañeros de trabajo le pregunto a Laura, la administradora de la empresa, sobre la llegada de Ricardo a la misma. Laura se  tomó un tiempo para responder y cuando lo hizo le dijo que esa información era confidencial.
- Lo que pasa es que me da curiosidad Laura, es un hombre muy raro. Solo habla de trabajo, no tiene fotos con la familia ni amigos, sé que es excelente en lo que hace y que todos estamos de acuerdo con el rumbo que le da a la empresa pero ¿no  ves  que es extraño?
- Como te dije antes, perdoname pero no puedo darte información personal sobre otro empleado, son las reglas de la empresa. Aunque si puedo decirte que no recuerdo cuando entro a la empresa,  es más, hoy es la primera vez que alguien me pregunta por Ricardo. 
Benjamín no entendía porque de repente tenía tanta curiosidad, pero a la vez porque a ningún empleado le causaba interés saber sobre él.
Llego el lunes y Benjamín no paro el fin de semana de pensar en Ricardo, porque un tipo tan importante en la empresa pasaba tan desapercibido por los otros empleados. Estaba decidido, hoy era el día para hablar con él.
Ricardo estaba en su oficina trabajando sin parar, cuando se dio cuenta que había alguien llamando a la puerta, levanta la vista y lo hace pasar.
- Buenos días, Ricardo
- Buenos días Benjamín, pasá
- Claro. Mira, Ricardo, lo que está pasando es que desde que trabajo acá, si no me equivoco, es la primera vez que hablamos, es algo raro, ni siquiera me acuerdo de otro momento.
- Bueno, cuando a uno le gusta lo que hace, se enfoca mucho en eso y lo demás comienza a pasar desapercibido y justamente, yo estoy notando  que estas mejorando en tu trabajo últimamente.
¿Sera cierto? ¿Seré parecido a él y por eso soy el único que se da cuenta de lo extraño que es?
- Benjamín, tengo un proyecto para ofrecerte para trabajar conmigo, es para el mejor empleado de la empresa y me gustaría que lo hagamos juntos. ¿Qué decís?
- Sería un honor, Ricardo.
Finalmente Ricardo no era tan extraño como él pensaba. Además, este trabajo lo podría hacer ascender en la empresa.
Eran las ocho de la mañana y Benjamín ya estaba con su café y todos sus materiales. Las horas pasaron y se fueron volando. No se había dado cuenta de que ya habían pasado sus horas de trabajo. Lo que lo hizo notarlo fue cuando Ricardo lo saludo despidiéndose diciendo - Buen trabajo.
Benjamín salió un poco después que él, pero no pudo encontrarlo. Le pregunto a sus compañeros, pero tampoco lo vieron salir.
En los siguientes días, Benjamín se volvió una máquina de trabajar, no entendía como para el cinco minutos se volvían una hora.
Era viernes y como de costumbre, sus compañeros empezaron a organizar a donde irían esta noche. Benjamín quedó en que terminaría unas cosas del proyecto y se uniría a la salida. Pero cuando se quiso acordar, ya era tarde. Salió de la oficina y el lugar estaba vacío, pero no completamente.
- Benjamín, necesito hablar con vos. ¿Tenés un segundo?
- Ricardo, sí ¿Cómo sabias que estaba acá?
- Simplemente lo sabía. Hay algo de lo que tenemos que hablar.
- Si ¿qué paso? -Benjamín no entendía por qué su jefe quería hablar con él. No creyó que fuera por algo del proyecto, él lo vino haciendo muy bien toda la semana. Pero si no es sobre eso ¿de qué querría hablar entonces? -
- Decime. ¿Qué opinas acerca del éxito Benjamín?
Quedó sorprendido con la pregunta, no imaginaba a donde podría ir la conversación que estaban teniendo
- Creo que el éxito hoy en día es la marca de una persona, si uno no tiene éxito vive en la nada.
- Pienso igual que vos. Es más, yo lo he vivido.
Mira,  Cuando entre a la empresa yo era un hombre que se encontraba muy mal en su vida personal, estaba muy deprimido, y además, estaba arruinando lo único que hacia bien que era el trabajo en la empresa. Hasta que un día, el jefe me llamo para hablar y me ofreció un proyecto para que trabajáramos juntos. El creía que yo lo podía hacer bien, a pesar de todo. Y trabaje a más no poder, las horas se me pasaban como minutos. Me empecé a sentir importante de nuevo, con poder. Hasta que un día tome el cargo de la empresa.
- Wow Ricardo, que bueno que pudiste salir adelante. Me imagino lo duro que fue al principio. Pero lo que no entiendo es ¿por qué me contás esto? Digo, no es que no me importe, en realidad aprecio que lo hayas compartido pero ¿Qué tiene que ver conmigo?
- Que ahora vos vas a seguir mis pasos. Voy a dejar la empresa por temas personales y me demostraste completamente tu capacidad para trabajar acá. No soy yo el que va a tomar la decisión final si no mi supervisor que esta, en este momento esperándote en la oficina.
Y esa fue la última vez que vi a Ricardo. Hoy estoy trabajando. Tengo su puesto, su oficina. Los empleados no me notan pero yo tampoco a ellos, estoy muy ocupado, ya que, en quien sabe cuánto tiempo, seré yo quien tenga que elegir al próximo. 
















Comentarios

  1. Carolina: si bien construís un protagonista interesante y con personalidad, la historia no logra conmover como podría porque los hechos se presentan de tal manera que resultan muy previsibles demasiado pronto.
    Repensar cómo se presenta el vínculo ente Rivardo y Benjamín: al principio parece pares, compañeros; pero se comporta como un superior, aunque actúe como un empleado. Esto confunde al lector, al igual que el interés obsesivo de Benjamín que parece exagerado.
    Rever tiempos verbales y tildes.
    Al editar, los párrafos deben alinearse con la herramienta "justificar".
    NOTA: 7

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