"Mi autorretrato" Nicolás Lestard

Todos los días de mi vida, pase lo que pase, esté donde esté, al menos una vez, aparece frente a mí, la música. Ella siempre está ahí, a veces baila, a veces dividida en cientos y otras compactada en uno solo. Viene rockera, tanguera, clásica.
Muchas veces la culparon de muertes cuando la verdadera culpa era nuestra. A veces habla con palabras y sonidos extraños y otras deja que esos sonidos tan particulares, dejan que hablen por ella. Sus palabras pueden ser rudas, feas, lindas, sin sentido o eso nos quiere hacer pensar. Pero por una cosa u otra aparece.
Me ayudó a mantener el equilibrio necesario del día al día y cuando el equilibrio no esta donde tiene que estar, toda se derrumba y empiezan los errores. Uno de los defectos que más se notan a simple vista cuando la vida se me presenta desordenada es el orgullo. Me pongo orgulloso a la hora de discutir y me cierro en una idea. Es un poco egoísta pero por suerte en general soy paciente. Creo que por eso me tienen paciencia a mi.
Uno de mis encuentros con la música fue a través de una “guitarra”, se llama “Ibanez”, típico japonés del 96.Lo que me llevó a hacerme un amigo que se llama “Pode Scomponer” que logró que mi imaginación e inspiración salgan de ahí, en el mundo cerrado que vivían.
Otro lugar hermoso al que me llevo la música, es la militancia. Saber tus derechos, poder defenderlos, reclamar, llamar a la justicia y a la libertad. Soy consciente de esto y de todo en general. La lucha es importante.
Si hay algo que siempre tuve incorporado es ser social, siempre me jugó a favor.
Otra cosa que me ayudó pero al mismo tiempo no, es a amar. Me hizo pasar por todo, por creer en el amor, a pensar que es algo ficticio, que pocos saben amar y que la mayoría dicen la palabra como si fuese algo simple, algo común. Me di cuenta que nadie sabe lo que es amar, pero lo hacen… Ahí me incluyo.
Soy austero, sencillo, sin ningún lujo. Porque no quiero y tampoco puedo, la economía no da para ir teniendo lujos. Pero tampoco quiero, me disgusta, me genera rechazo. Algo que me carcome la cabeza es ¿Será porque mis viejos no tienen lujos? ¿Por qué me inculcaron eso? ¿Será algo personal? ¿Si hubiese nacido en otra familia, con todos los lujos del mundo ¿Sería austero? ¿O sería todo lo contrario?.
La música también me hizo contacto con un viejo amigo de ella, le dicen “La lectura”. Estaba peleada hace un tiempo, pero como me había contado de que se trataba la convencí para que se vuelva a reconciliar. Recuerdo que un día me dijo “Sin lectura no hay nada, sin ella nos morimos todos”.

(Tocando en la peña del 16/09)

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